lunes, 24 de agosto de 2009

Crónica de Santiago

Hace poco se cumplió un mes de mi viaje a Chile para participar del Festival de Cine B. Como en todo viaje, viví experiencias de todo tipo que afortunadamente dejaron un saldo positivo. Fui recibido y tratado mejor de lo que esperaba y terminé enamorado de la ciudad. Me moví sólo por el centro de Santiago ya que las 5 sedes del festival estaban repartidas por esa zona y tuve la suerte de estar hospedado prácticamente en medio de todo. Me fue muy fácil disfrutar de todas las posibilidades que me rodeaban.
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Me encantó ser un cineasta peruano en un festival chileno. La movida cultural (en general) y cinéfila (en particular) me encantó. Cada día despertaba con una alucinante vista desde mi cómoda habitación que me invitaba a meterme de lleno en la ciudad. Podía escoger entre ver películas independientes de todo tipo y vagar como un completo desconocido que sólo era reconocido por la ópera prima que había realizado. Una sensación de libertad indescriptible.
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Conocí a diversas personas unidas por un mismo sentimiento: el intentar sacar adelante su cine. El apoyo del estado es sumamente importante, pero la misma gente también sabe generarse ayudas e ingresos de las más variadas formas. Además, el poder conocer cómo el cine es visto y desarrollado en los más recónditos lugares me inspiró de sobremanera. Mientras disfruté de las noches de juerga chilenas, me di tiempo para anotar diversas ideas y propuestas que no dejaban de bombardear mi mente. Este trip ha cambiado por completo mi manera de afrontar el cine más independiente. La fórmula es simple: Menos es más.
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El festival estuvo impecable. El placer cinéfilo que me brindó es invaluable, pero las experiencias personales también fueron inolvidables. Fueron 2 semanas de una pureza punk que me permitieron recargarme para afrontar mi vida y mi carrera con nuevos bríos. Es por eso que sé que volveré a Santiago tarde o temprano. Y siempre será con más de una película bajo el brazo.
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En mi último día me dedique a recorrer en solitario todos los lugares que conocí. Es raro dejar un lugar justo cuando ya te habías acostumbrado a él. Paseé frente a las sedes del festival y comencé a extrañar todo lo vivido. Sentí que ya era hora de volver a casa para realizar los proyectos que seguirán llevándome alrededor del mundo.

1 comentario:

El Bofe dijo...

Hola rafel , espero que te halla ido bien en chile , por lo que he podido leer parece que lo has disfutado , en verdad felicitaciones por haber participado en el festival